"Hay una sola manera de degradar permanentemente a la humanidad,
y esta es destruir el lenguaje".
Northrop Frye
(Teórico y crítico literario Canadiense)
y esta es destruir el lenguaje".
Northrop Frye
(Teórico y crítico literario Canadiense)
Hace poco más de un año, un servidor, llegó a vivir a Chimalhuacán, un pequeño municipio encallado en el oriente del Estado de México, más allá de Nezahualcóyotl. En este lugar, donde las calles pavimentadas aún no son lo más natural dentro del paisaje urbano y el aire siempre está plagado de tierra y polvo, no es difícil encontrar mujeres de 17 ó 18 años ya con uno o dos hijos de la mano o en sus carriolas; muchachos vestidos pantalones estampados con una leyenda donde se puede leer “Akolatronic”, enrollados y metidos en unos zapatos o tenis de botín, peinados estrafalarios llenos de tintes, y siempre escuchando a un tal “Farruko” a todo lo que da, montados en sus motonetas Italika obtenidas a crédito en Elektra, y cuando se les escucha hablar entre ellos se oye: “Qué güeno que venistes”, “Tú no me dijistes nada” o aberraciones del lenguaje tan fatales como esa.
Lamento muchísimo cuando escucho pronunciar palabra a estas personas. Poco a poco noto que nuestro idioma va siendo desmoronado por personas que ponen una “s” al final de cada palabra en pasado, o que utilizan “we” para llamar indistintamente a todos sus “amigos”. Sin embargo, éste no es un problema exclusivo de las personas a quienes me he referido antes. Todos somos culpables de la deformación del lenguaje en mayor o menor medida.
Pero… ¿de dónde surge todo esto? Existen varias posibles razones.
La más aceptada plantea que en el español antiguo el pasado en segunda persona del singular, es decir, “tú”, terminaba en “s”: Dijisteis. De esta manera, las personas que suelen poner una “s” al final de cada palabra en pasado sólo omiten la “i” de la antigua forma de la pronunciación; mas eso no justifica la mala pronunciación de las personas en la actualidad.
Otra nos plantea que, debido al uso de la “s” al final de cada tiempo verbal en segunda persona del singular (dices, decías, dirás...), la “s” final se extiende al pasado de ésta misma persona, y se le añade como vulgarismo una “s” final, y así encontramos el vulgarismo: Tú dijistes.
El uso correcto del lenguaje denota el grado de cultura que poseemos. Por favor, intentemos hablar y escribir correctamente.
Tampoco hay que ser tan extremistas (nazis gramaticales).
ResponderEliminarLas "academias de la lengua" fueron un esfuerzo político por registrar y estandarizar un lenguaje común a una nación, o mejor dicho, a un proyecto de identidad nacional, a un esfuerzo por constituir un Estado nacional... sin embargo estas identidades que se configuran con el lenguaje nunca han respetado tales fronteras, pues siempre están cambiando y adquiriendo nuevos vocablos, nuevos usos, nuevas formas de expresar tanto lo cotidiano como lo trascendente.
En fin, mi punto es que usar "incorrectamente" el lenguaje no es sinónimo de incultura, sino algo natural. Tu argumento es falaz. Ve por ejemplo lo que hace Armando Ramírez.
Tal vez los que más se molestan con el uso incorrecto del lenguaje sean, desde mi punto de vista, los que sienten que ese lenguaje no forma parte de su identidad. Pero bueno, ahí cada quién su mundo. Saludos